Libras perdidas

Intentaron destruir los registros contables antiguos, que ya no servían para nada, pero a resultas de ello perdieron dos millones de libras esterlinas.

¿Cómo pudo ser?

Intente resolver este pequeño enigma aplicando su imaginación para que lo que parece absurdo adquiera un sentido. Los dibujos que aparecen bajo el enigma muestran situaciones que NO SON la auténtica solución.

En 1833 se decidió quemar las tallies, las tabletas de madera de olmo en que se había llevado durante siglos la contabilidad fiscal inglesa, a través de un sistema de muescas bastante primitivo, similar al del jugador de naipes que anota con rayitas de tiza los tantos del juego o el pistolero que lleva con muescas en su revólver la cuenta de los que ha enviado al otro mundo. Alguien sugirió regalarles a los pobres las tabletas, agusanadas y medio podridas, para que las usaran como leña; pero, como relata el escritor Charles Dickens en 1835, “regalar no estaba entre las tradiciones del Imperio, por lo cual se las trasladó a Westminster para alimentar las estufas de la Cámara de los Lores. La estufa, sobrecargada de combustible, prendió fuego a las vigas del techo y de allí el incendio pasó a la Cámara de los Comunes. Ahora los dos palacios están reducidos a cenizas, y llevamos gastados dos millones en reconstruirlos”.

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